5 feb 2010

Entre políticos y cargos de confianza España arruinada, y no rinden cuentas por sus pésimas gestiones.

Un trabajador mantiene a dos personas más.

¿Para quién se trabaja en este país?

Cada vez menos ciudadanos tienen que financiar más y más gasto

Aumenta la carga sobre los trabajadores

Los trabajadores asfixiados por caga y la presión fiscal

Recientemente los demoledores datos del paro ofrecidos por la EPA y el Ministerio de Trabajo agravan la depresión en la que la economía española navegará durante varios años sin rumbo, en busca de una recuperación que no aparece en el mapa.

Para comprender el verdadero alcance de lo que representan realmente los 5.436.637 de demandantes de empleo (sin contar los que cobran el PER, los EREs, las prestaciones de los € 420, los que están en cursos de formación, que haría superar la cifra de los 6 millones), debemos descubrir hasta que punto la responsabilidad y la carga que soportan los que aún mantienen su empleo.

46.745.807 de personas conforman el reino de taifas español, de todas estos tan sólo 18.645.900 cuentan con empleo, es decir, el 40% de la población es la responsable de garantizar la prosperidad, sanidad, educación y riqueza para el futuro del conjunto de la nación.

Cada trabajador mantiene a 2.5 personas (el incluido), si lo prefieren ver de otra forma cada empleado sufraga los costes de 1.5 españoles aparte de si mismo.

La riqueza de un país es el fruto del trabajo de sus empresas que son las que generan el empleo gracias al cual se pagan los impuestos que el Estado gestiona a través de los presupuestos generales.

El funcionamiento es simple en una economía de mercado, los empresarios buscan oportunidades de negocio que necesitan mano de obra, ambos pagan impuestos por su actividad (sociedades, IVA, IRPF, etc.) y el gobierno lo invierte según su criterio y contrato con los electores a través de su programa electoral (pleno empleo en el caso del vencedor de las últimas elecciones).

Dentro de la población ocupada (los que trabajan) se cuentan los funcionarios, que realizan funciones de gestión y servicios básicos e imprescindibles, pero no ofrecen capacidad productiva ni riqueza al PIB nacional equiparable al del sector privado (la misión de la administración pública es administrar, gestionar y dar ciertos servicios sociales, pero no producir tecnología, generar negocios que propicien nuevos empleos o producir bienes para el consumo, exportación, etc.).

Si descontamos de los 18 millones a los 3 de funcionarios (Alemania con el doble de población posee la mitad de trabajadores públicos) nos quedan 15 millones que han de innovar, producir, invertir y vender en una economía mundializada altamente competitiva productos y servicios para mantener a 46.7 millones de compatriotas (es decir cada trabajador del sector privado, financia a 2 españoles más).

Si a estas personas (que se reducen casi a un ritmo de 100.000 al mes), les cargamos con el sustento de 2 ciudadanos más, les suben el IBI, el impuesto de circulación, tasas de basuras, aumento de las multas, el IRPF, la electricidad, el teléfono, los transportes (públicos y privados), le aumentamos la edad de jubilación... ¿Hasta qué punto pueden soportar los trabajadores el peso que la sociedad y, sobre todo, las administraciones públicas carga sobre sus espaldas?.

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