11 feb 2007

Carta de un niño Irakí en la Escuela, en la Escuela sin Alumnos ni profesores

Carta de un niño Irakí publicada por Felix Soria, una realidad humana que está sucediendo en este siglo, no lo puedo entender....

"Tengo 11 años y soy hijo único. Soy estudiante en la Escuela Primaria Mansur de Bagdad. Últimamente me he sentido muy solo en mi clase. Esta semana fui el único estudiante ya que mis compañeros, por diferentes razones, no vinieron a la escuela.
"Desde el mes de septiembre pasado, 3 de mis compañeros han sido secuestrados y otros dos asesinados. Uno murió junto a su familia, en su casa y el otro fue víctima de la explosión de una bomba hace un mes. Los demás han huido junto a sus familias hacia Jordania y Siria o sus familias les han prohibido venir a la escuela por miedo a que algo pueda sucederles.
"Vivo muy cerca de la escuela. Puedo caminar y llegar en dos minutos. Mi madre me lleva y me recoge todos los días. Ella reza todo el camino hacia la escuela y me dice que no tenga miedo. Me dice que al menos estoy estudiando y que un día voy a ser un hombre importante y dejaré Irak para siempre.
"Todos los días le pasa algo a algún niño de mi escuela y al día siguiente todas las aulas se quedan vacías y permanecen así por lo menos una semana. Las familias y los profesores tienen miedo y desesperación. Recuerdo que un día, cuando me marchaba de la escuela, cuatro hombres salieron de un automóvil y secuestraron a Jadija, una de mis amigas. Tenía sólo 10 años. Lloré durante varios días, aterrorizado por la idea de que la pudieran asesinar. Sus padres vendieron la casa y el automóvil para poder pagar el rescate y después la liberaron, pero ella estaba tan débil que tuvo que estar hospitalizada durante dos semanas. Ahora ella y su familia se encuentran en Jordania. La extraño, pero sé que eso es lo mejor para ellos.
"La única cosa que me da miedo es que si me secuestran sé que me asesinarán. Mi familia no tiene el dinero para pagar un rescate. Nosotros no tenemos una casa, un automóvil o alguna cosa que podamos vender. Así que por lo tanto seré otra víctima del terror en el que vivimos, pero tengo fe en que Dios me protegerá.
"Muchos de nuestros profesores han dejado la escuela. He oído que algunos han viajado al extranjero y otros han dejado de trabajar por razones de seguridad aconsejados por sus familiares. Los extraño a todos. Echo de menos los días en que solíamos correr por la escuela y regresar a casa por nuestra cuenta, sin preocuparnos por la violencia.
"Esta semana le pedí a mi madre quedarme en casa también ya que era el único niño en la clase, pero ella insistió en que fuera a la escuela. Estoy asustado pero debo obedecer a mi madre. Éramos 21 estudiantes y hoy soy el único en el aula.
"Cuando alguien me pregunta si tengo esperanza de que las cosas se arreglen y volvamos a vivir seguros les respondo que no, ya que la violencia se incrementa cada día y continúo perdiendo amigos. Ya no puedo estudiar más. No me concentro y los profesores ya no nos enseñan como antes. Lo que he estudiado estos días son materias que estudié hace dos años. No estoy seguro de que si sigo estudiando de esta manera pueda convertirme en el hombre importante que mi madre cree que seré".
[TEXTO ORIGINAL, en inglés, en ELECTRONIC IRAQ

Los Guardias Civiles de tráfico carecen de cualificación para utilizar el radar y además sus mandos falsifican sus títulos

Los ciudadanos que exigimos un cambio radical en su estructura lo hacemos porque sabemos que su actual modo de organizarse y de gestionar sus equipos humanos, materiales y sus recursos son ineficaces e ineficientes y no garantizan, sólo para la fachada, un servicio público moderno y real con la sociedad actual, para muestra... por fin alguíen se atreve a publicar , lo hizo el diario confidencial, cómo se falsifica un título de capacitación y lo más grave de este penoso asunto es que como siempre no va a pasar nada, es la Guardia Civil, un Estado dentro de un Estado, y demos gracias a la Institución porque nos garantiza la existencia del estado, señores hay que cambiar la mentalidad y darse cuenta que el sindicato de Coroneles debe ser un protector a eliminar, nadie está fuera de la constitución y mucho menos si están protegiendo a la misma para sus propios intereses.
El radar en la carretera, ese enemigo que acecha en cualquier punto kilométrico, no tiene quien le entienda. La mayoría de los guardias civiles de Tráfico o no tienen título que acredite su formación para operar con cinemómetros o, si lo tienen, es sencillamente falsificado. ¿Y quién se ha dedicado a emitir diplomas de mentira? Ni más ni menos que los propios mandos de la Guardia Civil, no vaya a ser que el ciudadano pida papeles y haya que sobreseer miles de multas... que son muchos los duritos ya recaudados.
Como muestra, un botón. En el destacamento de Tráfico de Talavera de la Reina se han expedido siete certificados falsos. Así, como el que no quiere la cosa. Uno de estos documentos, a los que ha tenido acceso El Confidencial, se puede ver en la imagen. En otros lugares, como el subsector de Cáceres, ni títulos de verdad ni de mentira: “Allí ningún agente posee formación para cinemómetros de ningún tipo”, aseguran fuentes de la Benemérita.
Lo grave es que ambos casos, según las asociaciones de guardias civiles, se pueden extrapolar a toda España. Para más inri, expedir certificados o diplomas falsos está tipificado como delito en el Código Penal... Así da ejemplo la autoridad.
Las normas internas de la Benemérita (ver texto) exigen que los guardias civiles de Tráfico tengan la formación necesaria para poder operar con rádares, esto es, saber interpretar los fotogramas y asegurarse del correcto funcionamiento del aparato.
Antes de recurrir, los multados exigen normalmente ver la foto realizada por el cinemómetro para comprobar que, efectivamente, es su vehículo y la documentación del aparato para asegurarse de que estaba en perfectas condiciones. De los que tienen que interpretar la infracción, es decir, de los guardias, no se acuerdan... por el momento. Por esta razón, los jefes del Subsector de Talavera se han apresurado a cubrirse las espaldas.
“Sólo en 2005 se expidieron en Toledo 2.045 multas, una cifra similar en 2006... a 140 euros como mínimo, el resultado son muchos euros que habría que devolver”, explica un agente allí destinado, “yo mismo pedí la formación necesaria y a la segunda vez que acudí a mi superior me dio un certificado y aseguro que no he asistido a ningún curso”.
Da la casualidad de que fue en Talavera donde el jefe del sector de Tráfico abroncó a sus efectivos por no traer suficientes multas y les amenazó con dejar de recibir las retribuciones extra en el caso de que no llegaran a un mínimo establecido (ver noticia). Palabras que fueron grabadas por uno de los guardias presentes y de las que este diario tiene testimonio en un CD.
El temor de los mandos de Tráfico ante las posibles multas recurridas no es a nivel individual, “porque el proceso contencioso administrativo le sale al ciudadano por más del dinero que recuperaría”. El verdadero miedo es que un grupo de conductores despierte y constituya una plataforma desde la que llevar a cabo sus reivindicaciones.
Ya saben, tomen nota.