2 ene 2014

Los aplazamientos de impuestos pueden tener los días contados

APLAZAMIENTOS

Se acabaron los aplazamientos


Hacienda da otra estocada a las empresas al negarse a tramitar aplazamientos en deudas inferiores a 18.000 euros y limitar la concesión en los casos de deudas superiores, en especial cuando provengan de retenciones.
Según Hacienda los empresarios se han estado aprovechando de la ligereza con que se han estado otorgando los aplazamientos para de ese modo conseguir una financiación improcedente.
La Instrucción 6/2013 hace hincapié a los funcionarios de recaudación que los aplazamientos y fraccionamientos solo deben concederse cuando afecten de manera sustancial al mantenimiento de la capacidad productiva de la empresa y/o al nivel de empleo de la misma, y cuando ello pudiese acabar con serios quebrantos para Hacienda Pública.
Evidentemente este criterio no es nuevo, lo que ocurre es que de alguna manera se ha estado levantando la mano a la hora de aprobar los aplazamientos.
Según palabras de la directora general de recaudación, Soledad García López, se ha detectado "una cierta utilización de forma fraudulenta de la figura del aplazamiento de las deudas tributarias", "que los periodos de ingreso voluntario señalados en la normativa de cada tributo traten de ser sustituidos, en estos casos, por los plazos de ingreso propuestos por los propios obligados tributarios", "La Hacienda Pública no solo tiene derecho a percibir las correspondientes cuotas tributarias, sino también a percibirlas en tiempo y forma".
Claro que por otra parte estos señores demoran las devoluciones importantes todo lo que les viene en gana, así que una vez más hablamos de la doble vara de medir. Para ellos, cobrar y pagar son cosas muy distintas.
Conozco casos en los que la administración le debe una ingente cantidad de dinero a empresas que, por otra parte, se ven obligadas a pedir aplazamientos para evitar embargos. ¿Qué ocurrirá en estos casos? ¿Se les denegará la posibilidad de aplazar sus pagos aunque sigan teniendo pendientes los cobros?

Ramón Cerdá