12 abr 2012



Se le llama hipocresía y evidentemente no tiene nada de nuevo. Sí lo tiene, sin embargo, el potencial de la red para su denuncia. Leo la noticia en The Guardian (donde anuncian que también se ha fltrado a los sitios de WIkileaks y denunciado de forma oficial) y coincide con la imagen que acabo de enviar a un recién redescubrierto Instagram: Existen fundadas sospechas de que firmas tecnológicas británicas estén apoyando la represión del régimen Sirio de Assad.
Así, Gran Bretaña estaría exportando tecnologías para la vigilancia de disidentes políticos y activistas. Así como en el caso de la exportación de armas ya existen ciertas leyes que la regulan, no ocurre en el caso de este tipo de software, que ya fue pensado para la monitorización de la gente también en UK.
Captadores de IMSI  que identificarían usuarios de teléfonos móviles, malware que permitiría controlar ordenadores ajenos, troyanos que permitirían activar de forma remota los micros o cámaras de otras personas y otras cibersoluciones ópticas que podrían estar espiando de forma submarina poblaciones enteras son algunos de los “inventos”, según el grupo Privacy Internacional que firma la denuncia.
Lo hace apuntando directamente a 30 compañías exportando a Siria, Iran, Yemen y Bahrain. Más de 50 desde EEUU (recuerdo un discurso reciente de Hillary Clinton en el que llegaba a denunciar a determinadas marcas de routers para aislar de Internet a determinados países),  Italia, Irlanda e Israel también están en la lista de los países que exportan tecnologías para el control.
Y el problema, como decíamos, es que es legal.  Buen ejemplo de ello es Gamma Group International, compañía acusada de vender software de control del correo electrónico al Gobierno Egipcio que argumentaba en su momento que en ningun caso estaba faltando a la legislación británica. O Creativity software, una firma británica especializada en servicios basados en geolocalización que vendía tecnología al operador móvil MTN Irancell para localizar a determinados individuos que argumentaba que sus servicios podían usarse también con fines comerciales o de enriquecimiento de redes sociales.

En fin…que el consejo europeo ya ha actuado, prohibiendo la exportación de determinadas tecnologías a Irán o Siria en motivo de las serias violaciones de los derechos humanos que suponían, pero parece que siguen llegando, que es urgente y necesario legislar para la protección de los derechos humanos en un contexto de potencia tecnológica aumentada para los ciudadanos pero también para los gobiernos menos democráticos.
Hagamos que sigan brotando flores de los lugares más hostiles. El Caparazón