Universidad de Nueva York ocultó al Tribunal Supremo los pagos a la asistenta de Garzón
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón (Efe).
La Universidad de Nueva York, en la que Baltasar Garzón impartió un ciclo de conferencias entre 2005 y 2006 financiadas por el Banco Santander, mintió reiteradamente al Tribunal Supremo sobre el destino de los más de 300.000 dólares recibidos de la entidad financiera en concepto de patrocinio, según prueban los documentos a los que ha tenido acceso El Confidencial. La Sala de lo Penal del alto tribunal decidirá en las próximas semanas si admite o no a trámite la querella presentada por los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea contra Garzón por los presuntos delitos de prevaricación y cohecho.
El Tribunal Supremo reclamó este año al Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York, en el que Garzón disfrutó de un permiso de estudios concedido por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la "contabilidad detallada del empleo de las cantidades entregadas en concepto de patrocinio por el Grupo Santander", que el juez solicitó personalmente al presidente del banco. Sin embargo, la Universidad de Nueva York ocultó o tergiversó en la documentación remitida al Supremo numerosos detalles comprometedores, entre otros los que se refieren a la asistenta personal que Garzón se llevó a Nueva York.
De los más de 300.000 dólares a que se elevó el patrocinio de las conferencias del magistrado, 33.000 dólares se desviaron para pagar el salario de la asistenta y el alquiler del apartamento amueblado que ésta ocupó durante siete meses en Nueva York. María del Mar Bernabé, una auxiliar de justicia entonces destinada en el Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid y a la que también le fue concedida licencia por estudios, acompañó a Garzón como asistenta durante su periodo sabático en Estados Unidos.
La Universidad de Nueva York admitió que 22.152 dólares se emplearon en costear los gastos de viaje de Garzón a Estados Unidos, y que otros 21.650 dólares sirvieron para sufragar la matrícula de la hija del juez en la elitista Escuela Internacional de la ONU. Pero ocultó los pagos del alquiler del apartamento -12.600 dólares- y el salario -20.400 dólares- de su asistenta personal. El Centro Rey Juan Carlos I llegó incluso a disfrazar el cargo de Bernabé, a la que presentó como "coordinadora del ciclo" de conferencias, un cometido que, en realidad, desempeñó el propio Garzón: así consta en el certificado que el centro remitió a la entidad financiera para justificar los 33.000 dólares recibidos en dos cheques para pagar los servicios de la asistenta.
"Ni directa ni indirectamente"
La Universidad de Nueva York también mintió al Supremo cuando aseguró que Garzón "no percibió, directa ni indirectamente, ninguna retribución, en dinero ni en especie, con cargo a los fondos concedidos por la sucursal neoyorkina del Banco Santander al Centro Rey Juan Carlos I". ¿Cómo cabría calificar, entonces, los 76.802 dólares desviados para costear los viajes de Garzón, el curso escolar de su hija en Nueva York o los gastos de su asistenta personal?
Nancy Kilson, asesora legal de la Universidad de Nueva York, también ocultó al Supremo que fue el propio Garzón, y no el Centro Rey Juan Carlos I, quien se dirigió personalmente al banco para pedir que financiara el ciclo de conferencias. Según Kilson, fue ese centro el que "recibió y administró íntegramente esos fondos". Sin embargo, la memoria de la Universidad de Nueva York asegura que fue Garzón, como titular de la Cátedra Rey Juan Carlos I, quien "diseñó, obtuvo los fondos necesarios y organizó" los encuentros académicos.
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