30 ene 2008

La multa a las autoescuelas no sirve para nada, siguen los acuerdos sobre precios.

pacto de precios Las autoescuelas mantienen los precios pese a la multa por pactarlos
Las similitudes detectadas en una veintena de academias de Vigo afectan incluso a las ofertas y descuentos
Las diferencias en las prácticas no superan el euro, mientras la teoría cuesta en la mayoría de casos 265 PERFIL DE NEGOCIO OTRAS CIUDADES

Alberto Magro, Voz de Galicia

La multa ha escocido, pero no ha hecho efecto. Al menos por el momento, porque las autoescuelas de Vigo se mantienen aún dentro del pacto de precios que ha llevado al Tribunal Galego de Defensa da Competencia a estrenar su actividad sancionadora con multas por valor de 593.000 euros a cincuenta academias y a la asociación del sector. Lo comprobó ayer mismo La Voz en un recorrido por veinte escuelas del volante, que resultó tan concluyente como el que en el 2004 provocó la intervención de Defensa da Competencia.
Las tarifas siguen pareciéndose demasiado unas a otras. Tanto es así, que el umbral del 1% de diferencia que despierta las sospechas de Competencia continúa siendo una quimera en la mayoría de los casos. De hecho, en las veinte autoescuelas visitadas el precio de las prácticas se sitúa siempre entre los 29 y los 30 euros. Mayor es la variedad de las tarifas en las clases teóricas y en la matrícula inicial, aunque la disparidad es mínima: en catorce de los veinte centros de formación el precio oscila en una horquilla de tres euros; y en el resto, la diferencia alcanza un máximo de cinco euros respecto a la media.
¿Será entonces que es ese el límite de rentabilidad que marca el mercado, como aseguraba el presidente de las autoescuelas viguesas tras conocer la sanción? Pues parece que no. Defensa da Competencia considera que no hay razones en el mercado vigués que justifiquen semejante igualdad de precios. Y, por si hubiera alguna duda, solo hay que observar las excepciones entre las autoescuelas de Vigo que demuestran que es posible trabajar con tarifas más bajas.
Excepciones
Es el caso de academias como Rande, en la que hace años que se niegan a acatar la tabla de precios que pasa la Asociación Provincial de Autoescuelas. O el caso de centros como Garfield, en el que ayer mostraban primero unos precios oficiales casi idénticos a los del resto, pero después ofrecían el primer mes de clases gratis, reduciendo de ese modo en cien euros el desembolso inicial.
Pero tanto una autoescuela como la otra no son más que excepciones dentro de la uniformidad que caracteriza al mercado vigués. El mimetismo es tal que afecta incluso a la estética de las tablas de tarifas, que en la mayoría de los negocios aparecen desglosadas en los mismos conceptos. Y lo mismo ocurre con las ofertas y rebajas, que son calcadas. Vale el ejemplo de la promoción más extendida, que permite que los aspirantes a colgar la L de la luneta trasera abonen 406 euros por la matrícula y cuatro meses de clases teóricas, gracias a un pack disponible en casi todas las academias.
El carné B, a mil euros
Pero con pack descuento o sin él, pocos son los conductores de Vigo que logran sacarse el permiso B por menos de mil euros. Para empezar, hay que pagar 265 euros por la matrícula en la autoescuela y el primer mes de clase, a los que se suman otros cien por cada mes de teoría. «El que quiere saca el teórico en 20 días», explicaban ayer en las autoescuelas, en una visión optimista que no compartían los alumnos. «A mí no se me da mal estudiar, y llevo mes y medio haciendo test», apuntaba un chaval al salir de clase.
De ahí que la primera parte del carné suela costar 365 euros, a los que hay que sumar los 79,80 euros que valen las tasas de examen. Y luego vienen las prácticas, que disparan la factura en otros 600 euros si se toman veinte clases, la cifra más habitual. Al final, el carné obliga a abonar mil euros, que, con multa de Competencia o sin ella, escuecen lo mismo

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