LA SERIEDAD DEL ESTADO DE DESHECHO.
Voy a contar un cuento que tiene su fundamento en una historia que le cuento a mis nietos para que puedan dormir, la verdad es que acaban agotados y se duermen muy rápido. Erase una vez unas juezas que creían en el estado de derecho, en una policía judicial pura y no al servicio del partido de turno y del ministerio del interior. Dichas mujeres comenzaron una investigación, otras tuvieron que paralizarlas por duras, difíciles y de calado profundo, y las metieron en el conglelador, las dos investigaciones, las llamaron Merluza y la otra Meta, y creyendo que estaban en un estado de derecho, empezaron a poner encima de la mesa unas situaciones que parecían increibles, ante la tozudez en seguir buscando la verdad y la justicia, hubo quien , los malos, se encargaron de hacer desaparecer documentos por obra de la magia y de la bruja piruja, dándo un resultado negativo puesto que las juezas, en esta historia las buenas, ya intuían que eso podía pasar.
Más tarde, el malo ayudado por los ogros, al presentarse a declarar en el gran palacio y teniendo el protagonista el Jefe local de los Ogros, declara y lo escribe y firma que en la casa de los ogros llamada comisariacasaMagna se reunieron todos los ogros grandes y pequeños para atacar a las juezas buenas que querían averiguar la verdad y el resposable del rey Fiscaliandromagno ante tamaño despropósito que podía ser castigado con la pena de cadena perpétua, puesto que todos funcionarios de la casa mágica y en la casa grande y en un acto oficial se conciliaron para hacer daño a la verdad y a la justicia, callado y mirando para otro lado obvió sus deberes de acusar y depurar responsabilidades.
Si a todo el maltrato que los buenos vienen sufriendo, unimos que los malos son muchos y que se unen en bandadas y en comandita, la verdad no podrá conocerse y hacer la justicia que todos pretendían en el reino, los ogros y los malos son muy altos, muy gordos, muy ricos y son capaces de comerse a los niños crudos y de noche , de robarles la hacienda , las mujeres y de quitarles la vida.
Finalizo el cuento diciéndole a mis nietos: Eso que os conté es mentira al final resplandece la verdad --debo contarles eso aunque yo no me lo crea-- no pasará como le pasó a vuestro abuelo que fue detenido, el CESIF entró en domicilios ajenos creyendo equivocadamente que eran mios, que vuestro bisabuelo fue perseguido en la democracia del Rey Sol, al igual que vuestro abuelo ,y que los malos salieron airosos de todo como hoy salen los banqueros que nos han robado.
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