Alarma en el PSdeG por las licencias que dio Carmela Silva cuando ya no era edila en Vigo
Los dirigentes socialistas no se explican que Caballero no ordenara convalidar todas las licencias que como delegada de Urbanismo suscribió Silva en esas tres semanas.
Autor: j. fuentes
Responsables de la dirección socialista y cargos municipales expresaron ayer su sorpresa por el hecho de que Carmela Silva firmara licencias y participara durante 23 días en la gestión municipal de Vigo cuando ya estaba fuera del Concello. Al tratarse de una causa sobrevenida, los dirigentes socialistas no se explican que el alcalde Abel Caballero no ordenara convalidar todas las licencias que como delegada de Urbanismo suscribió Silva en esas tres semanas.
La actual portavoz del PSOE en la Cámara alta fue elegida senadora el 9 de marzo del 2008 y siguió como concejala no electa hasta el día 31. Posteriormente surgieron problemas sobre la compatibilidad legal de ambos cargos en esos 23 días. La solución que encontró Caballero fue firmar un nuevo decreto meses después adelantando su cese al 8 de marzo, «xurdindo efectos económicos e administrativos».
El cese con fecha 8 de marzo figura igualmente en el registro de intereses del Senado, lo que deja en evidencia su posterior gestión municipal hasta el 31 de marzo. Carlos Font, portavoz municipal del PSOE, contradice a Silva y al propio alcalde asegurando que siguió ejerciendo como concejala hasta el 31, lo que en realidad así ocurrió.
Para Font no existe diferencia entre los concejales electos y los llamados no electos, una figura que legalmente no existe: personas que con la ley de municipios de grandes poblaciones son nombrados por el alcalde como miembros de la junta de gobierno local pese a «no ostentar la condición de concejales». Todo hace indicar que el de Silva puede ser uno de los primeros casos en el que un concejal no electo llega al Senado. Presumiblemente sus servicios jurídicos lo equipararon a un director general de un ente público, con incompatibilidad frontal para el cargo de senador.
En estas circunstancias, el alcalde vigués optó por adelantar el cese. Sin embargo, no se hizo público y tampoco se convalidaron las decisiones de Silva, así como las licencias que firmó en esos días.
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