15 oct 2009

Las Pruebas Objetivas, una realidad mal planteada en nuestras universidades que afectan a la calidad de la excelencia de nuestros discentes.

LAS PRUEBAS OBJETIVAS

Las pruebas objetivas son exámenes escritos formados por una serie de cuestiones que sólo admiten una respuesta correcta y cuya calificación es siempre uniforme y precisa para todos los examinandos, demostrando fiabilidad y validez.


Eternas han sido y serán las discusiones y debates, acerca de si este tipo de pruebas es o no conveniente para una evaluación válida, lo cierto es que su uso presenta ventajas y desventajas como las que se mencionan o continuación.

Ventajas:

Nos da la ocasión de incluir un mayor número de cuestiones, propiciando así que se pueda abarcarse en ellas todo el programa deseado.

Evitan la imprecisión al pedir a los alumnos exactitud en las respuestas.

Propician que el alumno se concentre exclusivamente en el contenido de la materia --que es lo que se pretende evaluar-- y no en aspectos como la redacción o la ortografía.

Evitan el juicio subjetivo del maestro al calificar y, por lo tanto, ciertas arbitrariedades, lo cual es de cierto modo una evaluación más certera y consecuente, siempre que los item sean objetivos, válidos y fiables, lo que no siempre ocurre debido a la debilidad de nuestros docentes en tratar de hacer cabezas bien llenas y mal hechas.

Facilitan la corrección, en todas sus vertientes, de celeridad y claridad especialmente.

Si están bien elaboradas, lejos de lo que puede pensarse ponen en juego gran número de capacidades del alumno.

Desventajas:

Algunos cambios de conducta sólo se pueden medir si se le presenta al alumno una situación no estructurada, sin límites precisos, que le exija sintetizar o crear algo, por ejemplo: escribir una composición, buscar una solución original para un problema matemático explicando cada paso, etc.

Si están mal elaboradas, se convierten en simples pruebas de "adivinación múltiple" o en pruebas sin validez porque sugieren las respuestas a los alumnos.

A través del análisis de las ventajas y desventajas antes mencionadas, caeremos en la cuenta de que la clave para que las pruebas objetivas se conviertan en instrumentos eficaces de evaluación, es la calidad con que han sido elaboradas, de ahí que analicemos enseguida las características que deben poseer una buena prueba objetiva.

Deben ser características de la prueba objetiva:

La validez: debe corresponder exactamente con los objetivos del aprendizaje que se pretenden evaluar según la conducta principal que éstos enuncian (distinguir, definir, etc.).

La objetividad: cada reactivo debe estar claramente redactado y admitir una sola respuesta correcta.

La confiabilidad: su precisión y claridad deben hacerla superar la posible inestabilidad psicológica de los examinandos, de tal manera que si se repite en el mismo grupo, los resultados de ambas aplicaciones tengan bastante relación entre sí.

La sensibilidad: por la adecuada graduación de las dificultades que plantea, la prueba objetiva debe registrar con exactitud el grado de avance de cada alumno, permitiendo además compararlo con el del resto del grupo.

La aplicabilidad: debe elaborarse con sencillez en su estructura, de manera que resulte fácil de aplicar, de contestar, de corregir y de valorar.

Como recomendaciones prácticas para su elaboración mencionaremos las siguientes, mismas que serán ampliadas al describir específicamente algunos de los tipos de prueba objetiva:

Hay que definir con exactitud qué información desea obtenerse por medio su aplicación.

Elaborar reactivos que correspondan exactamente a la información que deseamos obtener. --Parece ser que éste es uno de los puntos en los que frecuentemente se falla, cuando al docente le preocupa completar el número reactivos deseado, aunque descuide si realmente servirán para obtener la información que pretende--.

Prestar especial atención a la graduación de las dificultades; no se trata de plantear obstáculos insuperables, sino de presentar al alumno cuestiones con un grado de dificultad que corresponda a la capacidad que él debe haber alcanzado hasta la etapa en que se encuentra.

Cuidar de que la prueba sea representativa de todo el contenido de aprendizaje que se pretende evaluar, esto es, que incluya con respecto a cada tema o unidad los puntos que más claramente manifiesten que se ha asimilado el tema en su totalidad.

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