Aumentan las presiones para que los alumnos encerrados en las Universidades catalanas salgan de inmediato.
UAB, Plan de Bolonia, Lluís Ferrer
@Alex Baiget.- 29/11/2008
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Aumentan las presiones para que los universitarios catalanes que han tomado las aulas de varias facultades de Barcelona abandonen su encierro. Es ahora que se cumplen diez días desde que cientos de estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y de la Universidad de Barcelona (UB) decidieran, macuto en mano, ocupar las clases en protesta contra el Plan de Bolonia paralizando la actividad universitaria, cuando empiezan a arreciar las sanciones contra dichos alumnos. Sanciones sin precedentes que pueden traer consecuencias imprevisibles.
Con un castigo severo, la primera en mover ficha ha sido la UAB, que ha manifestado su intención de expulsar a 28 alumnos que ocuparon el rectorado el pasado mes de marzo y abril. La propuesta de la universidad implica que estos estudiantes no puedan pisar ningún centro universitario público entre uno y once años. Una respuesta contundente por unos hechos que se remontan al 18 de abril cuando, durante unas protestas estudiantiles contra el plan de Bolonia, los amonestados impidieron de “forma violenta y reiterada la sesión del Consejo de Gobierno e incluso entraron en el despacho del rector”.
Asimismo, se les quiere inculpar por ocupar de “manera violenta el Decanato el pasado 29 de mayo y negarse a desalojarlo”. Y finalmente también se les acusa de que al día siguiente, el 30 de mayo, “accedieron sin permiso y agresivamente al rectorado”.
Las sanciones pretenden disuadir a los alumnos que ahora están acampados en las aulas y que han llegado a cortar durante más de una hora y media el paso de ferrocarriles en la línea que conecta el Vallès con Barcelona. Si la propuesta de expulsión presentada por los profesores llega a término, sentará un precedente que hará que los manifestantes se planteen con otra perspectiva su protesta ya que les puede costar la carrera. Aun así, el rector de la UAB, Lluís Ferrer, ha declarado que está dispuesto “a hablar con los alumnos expedientados antes de tomar una resolución definitiva”. Una opción que calmaría los ánimos encendidos por parte de los representantes estudiantiles.
Acusaciones de “violentos”
El problema actual es que no todos los alumnos apoyan el parón de las clases. De hecho, no son pocos los que han protestado contra los manifestantes tildándoles de “violentos”. En el mismo sentido, les acusan de amenazar a profesores, bedeles y alumnos, e incluso tomaron fotos a los docentes que pretendían impartir su asignatura.
Mientras tanto en la UB, Josep Samitier, rector saliente, le deja una buena papeleta al nuevo dirigente Dídac Ramírez. Samitier no ha conseguido desalojar la universidad tal como había prometido y deja el cargo en un momento especialmente tenso, con más de 200 alumnos encerrados en la sede de la UB desde hace más de una semana. Ramírez, que juró el cargo el jueves 27, tiene previsto reunirse con los representantes de los estudiantes, aunque la exigencia de los universitarios de que se haga un referéndum vinculante sobre el proceso de Bolonia parece totalmente descartado.
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