22 mar 2008

La transmisión sin cables a alta velocidad.


Logran la transmisión sin cables más veloz de la historia
J. M. NIEVES
MADRID. La comunicación inalámbrica es ya una realidad indiscutible. Enviar y recibir datos en movilidad se ha convertido, durante los últimos años, en una auténtica obsesión tecnológica que trae de cabeza a fabricantes, ingenieros y técnicos de telecomunicaciones de todo el mundo. Se trata, en resumen, de liberar a los usuarios de la atadura que suponen los cables, y darles la libertad de poder llevarlo todo, siempre, y a cualquier parte. Y se trata también, por supuesto, de aprovechar comercialmente la bicoca que supone tener en todo momento a millones de personas conectadas y dispuestas a comprar, alquilar, vender, comunicarse o recibir mensajes publicitarios.
La telefonía móvil, poco a poco, se ha ido abriendo camino, desde la voz a la televisión, desarrollando tecnologías que en poco tiempo han pasado, a golpe de sigla (GSM, GPRS, 3G, HSDPA, HSUPA...) de capacidades de transmisión de unos pocos kilobytes por segundo (mensajitos de texto y poco más) a otras de varios «megas», sin nada ya que envidiar a las conexiones que brinda la telefonía fija.
El ancho de banda de internet, también en casa, crece a ojos vista, y se dispone ya a pasar de las páginas web y los correos electrónicos a la televisión digital y a la alta definición. Por eso, el hito alcanzado por un grupo de investigadores alemanes del Terahertz Communication Lab supone mucho más que una anécdota tecnológica.
Un hito tecnológico
Christian Jastrow y su equipo, en efecto, han conseguido por primera vez transmitir datos por vía inalámbrica a la increíble velocidad de un terahercio (un millón de gigahercios). La señal, un capítulo de la serie de animación «Futurama», apenas si viajó 22 metros de distancia. Más que suficiente para ser considerado un hito, un importante paso hacia conexiones inalámbricas infinitamente más rápidas que las actuales, capaces de empaquetar ondas de radio con un ritmo de oscilación superior al billón de veces por segundo.
La velocidad a la que los datos pueden ser transmitidos por vía inalámbrica está, en efecto, limitada por la capacidad de vibración de las ondas de radio que los transportan, que no es infinita. Las tecnologías inalámbricas más rápidas de la actualidad, incluyendo el WiFi y la tercera generación de telefonía móvil, operan aún en el rango de los gigahercios (con vibraciones de mil millones de veces por segundo) y megahercios (millones de veces por segundo). Lo conseguido ahora en Alemania abre la vía a telecomunicaciones miles de veces más rápidas y a servicios hoy aún inimaginables

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