Ramana Maharsi
El Maestro de Arunachala
Los ignorantes creen que la verdad se halla contenida en la aparente realidad de este mundo. Por el contrario, los que saben consideran la verdad como algo sin forma, que es base y sustento de ese mismo mundo. He aquí la diferencia existente entre unos y otros.
Por lo general, el ser humano está plenamente convencido de que la felicidad se encuentra en este mundo y que es algo que necesita conseguir. Y puesto que son muy pocos los que paran a pensar que tal principio tal vez no sea cierto, es natural que dediquemos todo nuestro esfuerzo a conseguir ese estado de bienaventuranza, buscándolo a través de cuanto nos rodea.
La felicidad sólo puede encontrarse en la propia naturaleza del Sí mismo, pues él, el Ser Esencial, y la Felicidad son una misma cosa. Ningún objeto externo puede producir la felicidad , aunque en nuestra ignorancia pensemos que así es.
La mente del ignorante –dice- “vaga por el mundo sintiéndose desdichada. Porque, en realidad, aquello que llamamos mundo no es más que pensamiento. Cuando el mundo desaparece, es decir, cuando no hay pensamiento la mente experimenta la felicidad; mientras que cuando vuelve a aparecer el mundo, se hunde en la desdicha”.
Los que nacieron pobres y se rebelaron contra su destino, siempre tendrá en su corazón las palabras escritas por un humilde maestro que a pesar de sus carencias y de la ingente lucha por buscar la felicidad no dio con ella, se preguntó que desaparecía en realidad con la muerte, y llegó a la conclusión que el cuerpo físico y dejó la pregunta ¿No existiría en él algo que no fuera el Cuerpo?.
Si eres sabio pero Infeliz entonces no eres muy sabio.
El Maestro de Arunachala
Los ignorantes creen que la verdad se halla contenida en la aparente realidad de este mundo. Por el contrario, los que saben consideran la verdad como algo sin forma, que es base y sustento de ese mismo mundo. He aquí la diferencia existente entre unos y otros.
Por lo general, el ser humano está plenamente convencido de que la felicidad se encuentra en este mundo y que es algo que necesita conseguir. Y puesto que son muy pocos los que paran a pensar que tal principio tal vez no sea cierto, es natural que dediquemos todo nuestro esfuerzo a conseguir ese estado de bienaventuranza, buscándolo a través de cuanto nos rodea.
La felicidad sólo puede encontrarse en la propia naturaleza del Sí mismo, pues él, el Ser Esencial, y la Felicidad son una misma cosa. Ningún objeto externo puede producir la felicidad , aunque en nuestra ignorancia pensemos que así es.
La mente del ignorante –dice- “vaga por el mundo sintiéndose desdichada. Porque, en realidad, aquello que llamamos mundo no es más que pensamiento. Cuando el mundo desaparece, es decir, cuando no hay pensamiento la mente experimenta la felicidad; mientras que cuando vuelve a aparecer el mundo, se hunde en la desdicha”.
Los que nacieron pobres y se rebelaron contra su destino, siempre tendrá en su corazón las palabras escritas por un humilde maestro que a pesar de sus carencias y de la ingente lucha por buscar la felicidad no dio con ella, se preguntó que desaparecía en realidad con la muerte, y llegó a la conclusión que el cuerpo físico y dejó la pregunta ¿No existiría en él algo que no fuera el Cuerpo?.
Si eres sabio pero Infeliz entonces no eres muy sabio.
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