“¿Me enseñas a conducir, papá?”
No, no puede ser todo está monopolizado sin un bien jurídico especialmente protegido vulnerando las directivas europeas y las Españolas.
Las leyes aprobadas siguen sin desarrollarse y las administraciones pretenden que la Omnibus y la Paraguas se queden en un lavado de cara, como siempre España es diferente.
Las leyes aprobadas siguen sin desarrollarse y las administraciones pretenden que la Omnibus y la Paraguas se queden en un lavado de cara, como siempre España es diferente.
Papá dame dinero para pagar los peajes ilegales que mantiene la administración para seguir viviendo del cuento sin hacer nada.
Los taxis, las administraciones de loterías, los transportes siguen igual que antes de la aplicación de la directiva 123/2006 materializadas en las leyes Omnibus y Paraguas. España es diferente trabas burocráticas para seguir impidiendo el ejercicio de los derechos sin tutelas de chupopteros que sin hacer nada roban al incauto ciudadano, por mor del monopolio estatal concedido por no se sabe qué causas o mediaciones económicas.
La recuperación de puntos, sigue en manos de entidades privadas impidiendo el ejercicio profesional y empresarial de profesionales competentes y en la escala de pagos todos se llevan un trozo del pastel, todo burocracia para seguir robando al pueblo.
Es delito y qué hace fiscalía para que se cumpla el derecho positivo vigente, actuando de oficio contra la administración y las instituciones o empresas privadas que no cumplen las leyes, que sepamos nada de nada.
Es delito. Sin embargo, padres e hijos siguen practicándolo en la clandestinidad del fin de semana, abrigados por la soledad de los polígonos industriales del extrarradio. Muchos adolescentes arrancan por primera vez un coche junto a su padre antes de iniciar el aprendizaje práctico obligatorio en la autoescuela. Una actividad, sin embargo, legal en algunos países de nuestro entorno.
Recientemente, el sector de las autoescuelas desenterraba el hacha de guerra contra el Gobierno. El motivo: el proyecto de Ley Ómnibus, actualmente en tramitación parlamentaria,--ya aprobado-- que permitiría que las clases teóricas se impartiesen fuera de las autoescuelas. Un paso que parece que causaría escasos efectos, ya que al final se tendría que recurrir a una para hacer la parte práctica, sin embargo, la intromisión en el mundo de los profesores de conducción se ha sentido profundamente en el seno del gremio.
Quizás sea porque las autoescuelas vean en esta ley un primer paso para liberalizar una práctica habitual en los países de nuestro entorno: la conducción acompañada. En países como Francia, se puede solicitar que una persona mayor y con varios años de experiencia en la conducción ayude a los futuros conductores a aprender a conducir.
Una posibilidad que queda recogida en las leyes españolas, pero que resulta una utopía de facto. Alguien puede ayudar a aprender a conducir a un aspirante… siempre que se haga en un vehículo con doble mando. Un precio demasiado alto que hace que esta normativa caiga en el olvido.
División de opiniones
Por parte de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Madrid, Ricardo Cano, opina que viendo lo que se dice sobre la liberalización de la teórica “miedo da como puedan hacerlo con la práctica”. Sin embargo, Cano se muestra abierto a la posibilidad de la implantación de un modelo similar al francés.
“Si la regulación es correcta y se cumplen una serie de requisitos no tendría nada que oponer”, sentencia Cano. Entre los requisitos citados estaría una formación mínima para el tutelado e incluso, si se diese el caso, algún tipo de cursillo para el tutor.
Mientras tanto, las asociaciones de automovilistas se muestran divididas ante la posibilidad de sea una persona sin formación la encargada de “criar” a los nuevos conductores españoles. Desde AEA (Automovilistas Europeos Asociados), su presidente, Mario Arnaldo, se muestra a favor de la medida, siempre que se cuente con las autoescuelas, “por la gran tradición” que tienen en nuestro país.
Arnaldo apuesta por este modelo complementario, con una formación previa teórica en la autoescuela y practicando una conducción “real”, debido a los resultados dado en países como Francia, en la que el número de accidentes “es menor” en las personas que han obtenido el carné a través de este sistema mixto. Sobre la Ley Ómnibus, Arnaldo dice “que no tiene sentido si no se liberaliza la enseñanza práctica”, ya que “nadie va a ir a un centro para obtener una formación teórica.
Sin embargo, en un sentido opuesto se expresa Eugenio Dobrynine, director de la Asesoría Jurídica y responsable de Seguridad Vial, del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), que se muestra contrario a la liberalización de los servicios y con respecto a Ómnibus espera “que no tenga repercusión”.
A la hora de hablar de la conducción acompañada, Dobrynine se muestra tajante. “No estamos a favor”, ya que el problema no está en si es o no un buen sistema, sino “si una sociedad está madura para introducirlo”. “El perfil del profesor es importante por los conocimientos que debe transmitir y así poder lograr un conductor eficiente y seguro”.
En cuanto a la formación teórica, Dobrynine no cree que el problema esté en imponer un número mínimo de horas de enseñanza como en Francia, sino en los contenidos, que “deben ser buenos”
Mientras tanto, sin el consenso y con leyes liberalizadoras que presentan dudas sobre su utilidad, los fines de semana, en los polígonos industriales del extrarradio, la banda de los delincuentes consanguíneos seguirá actuando en la sombra.