Sí, callado y sin darse ni darnos cuenta se marcho SANTOS a un viaje sin retorno, no hacía mucho tiempo, sólo unos días, que estuvimos hablando y planificando, demostrando su ilusión por los proyectos que quería poner en marcha para su ABADIA DE SANTOS.
Unos días antes se acercó por el despacho y al salir en recepción me encontré con él, la verdad que me sorprendió iba todo elegante y trajeado, de broma y como siempre solíamos hacer le dije: “Qué elegante estás SANTOS, adónde vas”, el muy sonriente comentaba a una comida, nos despedimos y le dí animos y le indiqué que disfrutara y que lo pasara bien; él asentó como queriendo decir que ese no era su estado natural, los que lo conociamos sabiamos que era así, él siempre sencillo y al lado de los más necesitados.
Comentamos que la vida era breve y que había que saber aprovechar los escasos momentos buenos que la vida nos brindaba, estabamos acertados a los pocos días nos comunicaba su familia que le había dado un infarto y que estaba grave, la gravedad le llevó a una pequeña mejoría y más tarde tuvo un decaimiento y falleció.
Descansa en Paz amigo SANTOS, siempre estarás en nuestro corazón, en la memoria de todos aquellos que te conocieron, ahora te queda el otro viaje,que la suerte te acompañe.