En
Pontevedra: "Desaparecidos que no aparecen y asesinatos que no se
conocen ni se explican" ¿Qué hace la Subdelegación del Gobierno por sus
clientes administrados?
Autor: José Piñeiro Periodista y Dtor VP.
Este
país no deja de ser un desastre, un gran desastre. La administración y
nuestra casta política a la que pagamos y muy bien, no es responsable de
nada. Desaparecen ciudadanos, supuestamente asesinados por bandas
criminales organizadas y con las que nadie se mete, y ellos no hacen
nada para poder aclarar lo sucedido y localizar a los culpables y
autores.
Sólo
se preocupan de seguir chupando de la teta, de mentirle al ciudadano y
seguir montados en la máquina oficial ineficiente que les permite seguir
viviendo como auténticos jeques árabes.
De
todos es conocido y manifiesto que han desaparecido diversos
empresarios en la provincia. Todos sabemos que existe un inmenso
silencio comedido y premeditado para garantizar la paz política en
interés de la casta política que cada día se enfrenta al mayor de los
fracasos, como el acaecido en las elecciones gallegas con una abstención
de más del cuarenta por ciento y de pérdida de porcentajes y de votos
acusada sobre todo en el partido de Feijoo, el PP. La calle no está
quiera, está ajena al juego político y a la espera de que alguién le dé
una cerilla para que el fuego comience.
Hace
poco desapareción un empresario de Ponteareas, Fernando, empresario que
realizaba su actividad mercantil en el puerto, todos saben cómo se
mueven las máfias, hoy con poder en España y el Subdelegado del Gobierno
se niega de manera reiterada y repetida en atender a los grupos y
ciudadanos que exigen medidas urgentes contra la grave situación que se
está viviendo en las calles, en las administraciones y en todo el
ecosistema que nos ha llevado a esta grave situación.
El
que quiera entender que vaya entendiendo, el que quiera ver que vaya
viendo, hay diversos sectores como el SUGC por los Derechos Humanos y el
Movimiento Democrático de la Guardia Civil que no van a consentir que
nuestra casta política siga haciendo de España su cortijo particular y
sobre todo enriqueciéndose a costa de los ciudadanos que ya están
perdiendo sus casas y su hogares.