Las tensas relaciones entre José Blanco y  Leire Pajín han dejado de ser un insistente rumor para  convertirse en un secreto a voces en el PSOE. El vicesecretario general, que  pidió en 2008 a José Luis Rodríguez Zapatero ceder las riendas  de Ferraz para concentrarse en el Ministerio de Fomento, no acaba de fiarse de  la elegida por aquél como número tres del partido. Y los encontronazos  entre ambos son cada vez más frecuentes, según diversas fuentes socialistas  consultadas por El Confidencial.
 El último choque de trenes se ha producido a cuenta del  candidato socialista que se medirá a Esperanza Aguirre en las  elecciones autonómicas del próximo año. La designación del cabeza de lista del  PSOE para esos comicios sigue pendiente porque Blanco se resiste frontalmente a  apoyar al aspirante natural, Tomás Gómez, que es el preferido  por Pajín. Y porque las encuestas internas que maneja el número dos  reflejan con claridad que sólo candidatos de la talla de Alfredo Pérez  Rubalcaba podrían inquietar a Aguirre en las urnas. 
 Gómez, secretario general de los socialistas madrileños, no  cuenta con el favor del ministro de Fomento porque, como reconocen las fuentes  consultadas, "es un seguro caballo perdedor frente a Aguirre, y Blanco quiere  ganar en Madrid. No se resigna a una nueva derrota". Pero la número  tres y secretaria de Organización se inclina abiertamente por Gómez, un  político de su entera confianza y al que le une una estrechísima amistad  personal.
 La falta de sintonía entre Blanco y el hombre de confianza  de Pajín se refleja incluso en detalles aparentemente menores: mientras aquél  aseguraba el domingo que "aún no es tiempo" de que Zapatero aclare si repetirá  como candidato a La Moncloa en 2012, éste afirmó ayer que el presidente del  Gobierno "debería decirlo cuanto antes". Una urgencia ajena, la de Gómez, que no  ha pasado inadvertida a algunos dirigentes socialistas, que la interpretan como  un aviso a Blanco para que le designe cuanto antes candidato a la Comunidad de  Madrid y acallar, así, al sector crítico del PSOE madrileño que cuestiona su  liderazgo.
 Pajín, 'puenteada'
 Pero las desavenencias entre Blanco y Pajín no se limitan,  ni mucho menos, al futuro rival de Aguirre. El número dos del PSOE  también desaprueba la firme apuesta de Pajín por Jorge Alarte,  secretario general de los socialistas valencianos y posible contrincante del  popular Francisco Camps en las elecciones autonómicas  de 2011. Blanco no oculta, siempre en privado, que Alarte será una presa fácil  incluso para el debilitado Camps, muy tocado por el caso  Gürtel pero al que todas las encuestas siguen dando ganador en la Comunidad  Valenciana.
 "Es cierto que Leire es la que gestiona el día a día en el partido, pero en bastantes federaciones aún  desconfían de ella. Muchos la respetan, e incluso la temen, porque saben que  Zapatero es quien la ha puesto ahí. Pero cuando surge un problema o hay que  apagar algún fuego la puentean y acuden a Blanco, que es el que de  verdad controla el aparato", sostiene un joven  diputado socialista.
  "Si Pepe Blanco ha recuperado protagonismo mediático no es  por voluntad propia, sino porque Leire no le ha dejado otro remedio" apunta otro  dirigente socialista. "Los mensajes de ella no terminan de calar en la opinión  pública, suelen ser bastante anodinos y prefabricados; se le nota demasiado que  tira de argumentario, de manual. Y él, al que hasta la oposición reconoce su  buena gestión en Fomento, ha tenido que volver a hacer el papel de  malo, aunque me consta que preferiría dedicarse a su labor de ministro.  Pero las cosas pintan mal en las encuestas y Leire no termina de cuajar, así que  no le queda otra que dar la cara".
 Blanco, en efecto, vuelve a tener una gran presencia en los  medios de comunicación. Y esa sobreexposición pública no es casual, según las  fuentes consultadas. "Si Leire critica al PP por su discurso xenófobo con los  inmigrantes o por pretender abaratar el despido, sus palabras suelen pasar  inadvertidas. Pero si es Blanco el que descalifica a Mariano  Rajoy, su discurso, el del partido, va a calar mucho más hondo. Y de  eso se trata, ¿no?", afirman las fuentes consultadas.
 No hay asunto polémico en el que Blanco pase de puntillas. Y  Rajoy sigue siendo su diana favorita, incluso cuando los dardos van cargados con  asuntos como la tragedia de Haití: "El espíritu solidario que ahora nos invade y  nos embarga no puede hacernos olvidar que en el mundo en el que vivimos hay  todavía demasiada injusticia y pobreza como para poder utilizar el argumento de  la crisis en las ayudas al desarrollo", afirmó la semana pasada.