Primero de abril: Setenta años de ininterrumpidas victorias
Hasta bien entrada mi primera juventud, tal día como hoy, 1º de abril, se celebraba el Día de la Victoria: "Cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado". Y las calles de España se convertían en un escaparate de personas que, en mayor o menor grado, se sentían satisfechas.
No vale engañarse: Al margen de que la ignorancia y la desinformación fueran inconmensurables, la mayoría de los ciudadanos se sentían políticamente identificados o tranquilos, y un alto porcentaje de ellos incluso estaban personalmente satisfechos. Los antifranquistas activos constituían una minoría; a veces ruidosa, cierto, pero en todo caso exigua y cuantitativamente irrelevante.
Me crié en Barcelona y a partir de 1970 (con 16 años) participé en variadas movilizaciones (desde protestas de barrio por cuestiones tan simples como pedestres hasta concentraciones con motivo del 1º de Mayo) y sólo percibí grados de participación notables --que no elevados-- con motivo del consejo de guerra de Burgos, por la muerte a balazos de un obrero en la térmica del Besós, con motivo de los Onze de Setembre (Diada Nacional de Catalunya) o del Primero de Mayo y, sobre todo, cuando se negociaban convenios colectivos en la construcción o el metal, o los de industrias como Harry Walker y Seat.
¿Antifranquistas activos? A riesgo de parecer un aguafiestas, creo que menos del 3% de la población de Barcelona (50.000 de 1.700.000 habitantes) participó en alguna de aquellas movilizaciones. Una vez muerto el Caudillo la tasa de antifranquistas aumentó exponencialmente, pero no vale olvidar que Franco ya había muerto…
En la mayoría de ciudades y territorios de las Españas la tasa de antifranquistas (¡con Franco vivo!) jamás superó el 0,5%.
La madre reconoce a España perfectamente
Los franquistas que restan, que son muchos más de los que parecen, podrían celebrar el día de la victoria cualquier otro día del año. Afirmar o creer que han pasado 70 años desde el día de la victoria es engañoso. Los franquistas guerrearon y vencieron ininterrumpidamente durante varias décadas y ya desaparecido Franco todavía lograron resonadas victorias. También después de ser aprobada la Constitución de 1978.
Alfonso Guerra, sin menoscabo de que su frase constituyera en su momento un acierto político y mediático, pecó de optimista: A España, incluso hoy, la reconoce perfectamente la madre que la parió.
¿Por qué? Pues, por ejemplo, porque la corrupción, el clientelismo y el ventajismo tan excelentemente cultivados durante decenios siguen siendo comprendidos, o cuando menos admitidos y considerados como algo inevitable y natural. El fatalismo --con ese toque de resignación religiosa tan español-- es pan de cada día y el sentido de colectividad, escaso.
La sociedad española ha cambiado, pero no tanto como algunos pretenden. Hoy, 70º aniversario de la derrota del ejército constitucional de la II República, es un buen día, como otro cualquiera, para recordar, simplemente recordar, verbo este escasamente valorado y que, digan lo que digan, es utilísimo para comprender el presente y pensar el futuro.
ENLACES DE INTERÉS referidos al glorioso 1º de abril: "El terror fascista en España", "Primero de abril", "¿Día de la victoria?", "70 años cautivos y desarmados" y el especial del diario Público dedicado a la efemérides.
CON ANTERIORIDAD, también sobre Franco y el franquismo, en ImP: "Un pazo desempolva el interés por la fortuna de los Franco", "Ya hay 130.137 pruebas, de momento, de la ignomina franquista", "Acción de Garzón, reacción de Conde-Pupido y a esperar", "Mayor Oreja: Su desmemoria es el huevo de la serpiente", "Los gestos, la memoria y el Pazo de Meirás", "¿Hay fascistas en el Reino de España? Sí, y no pocos" y "Documental sobre las matanzas del franquismo".
Hasta bien entrada mi primera juventud, tal día como hoy, 1º de abril, se celebraba el Día de la Victoria: "Cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado". Y las calles de España se convertían en un escaparate de personas que, en mayor o menor grado, se sentían satisfechas.
No vale engañarse: Al margen de que la ignorancia y la desinformación fueran inconmensurables, la mayoría de los ciudadanos se sentían políticamente identificados o tranquilos, y un alto porcentaje de ellos incluso estaban personalmente satisfechos. Los antifranquistas activos constituían una minoría; a veces ruidosa, cierto, pero en todo caso exigua y cuantitativamente irrelevante.
Me crié en Barcelona y a partir de 1970 (con 16 años) participé en variadas movilizaciones (desde protestas de barrio por cuestiones tan simples como pedestres hasta concentraciones con motivo del 1º de Mayo) y sólo percibí grados de participación notables --que no elevados-- con motivo del consejo de guerra de Burgos, por la muerte a balazos de un obrero en la térmica del Besós, con motivo de los Onze de Setembre (Diada Nacional de Catalunya) o del Primero de Mayo y, sobre todo, cuando se negociaban convenios colectivos en la construcción o el metal, o los de industrias como Harry Walker y Seat.
¿Antifranquistas activos? A riesgo de parecer un aguafiestas, creo que menos del 3% de la población de Barcelona (50.000 de 1.700.000 habitantes) participó en alguna de aquellas movilizaciones. Una vez muerto el Caudillo la tasa de antifranquistas aumentó exponencialmente, pero no vale olvidar que Franco ya había muerto…
En la mayoría de ciudades y territorios de las Españas la tasa de antifranquistas (¡con Franco vivo!) jamás superó el 0,5%.
La madre reconoce a España perfectamente
Los franquistas que restan, que son muchos más de los que parecen, podrían celebrar el día de la victoria cualquier otro día del año. Afirmar o creer que han pasado 70 años desde el día de la victoria es engañoso. Los franquistas guerrearon y vencieron ininterrumpidamente durante varias décadas y ya desaparecido Franco todavía lograron resonadas victorias. También después de ser aprobada la Constitución de 1978.
Alfonso Guerra, sin menoscabo de que su frase constituyera en su momento un acierto político y mediático, pecó de optimista: A España, incluso hoy, la reconoce perfectamente la madre que la parió.
¿Por qué? Pues, por ejemplo, porque la corrupción, el clientelismo y el ventajismo tan excelentemente cultivados durante decenios siguen siendo comprendidos, o cuando menos admitidos y considerados como algo inevitable y natural. El fatalismo --con ese toque de resignación religiosa tan español-- es pan de cada día y el sentido de colectividad, escaso.
La sociedad española ha cambiado, pero no tanto como algunos pretenden. Hoy, 70º aniversario de la derrota del ejército constitucional de la II República, es un buen día, como otro cualquiera, para recordar, simplemente recordar, verbo este escasamente valorado y que, digan lo que digan, es utilísimo para comprender el presente y pensar el futuro.
ENLACES DE INTERÉS referidos al glorioso 1º de abril: "El terror fascista en España", "Primero de abril", "¿Día de la victoria?", "70 años cautivos y desarmados" y el especial del diario Público dedicado a la efemérides.
CON ANTERIORIDAD, también sobre Franco y el franquismo, en ImP: "Un pazo desempolva el interés por la fortuna de los Franco", "Ya hay 130.137 pruebas, de momento, de la ignomina franquista", "Acción de Garzón, reacción de Conde-Pupido y a esperar", "Mayor Oreja: Su desmemoria es el huevo de la serpiente", "Los gestos, la memoria y el Pazo de Meirás", "¿Hay fascistas en el Reino de España? Sí, y no pocos" y "Documental sobre las matanzas del franquismo".
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